Durante la Revolución francesa (1789), las universidades de la Monarquía fueron cerradas y el sistema educativo francés fue completamente reorganizado. Nicolas de Condorcet redactó los planes para una enseñanza universal. Se estableció la educación secundaria extendida en muchas grandes ciudades de Francia. Mientras que la educación superior era un privilegio para los nobles, el gobierno republicano eliminó todas las anteriores barreras de acceso a los estudios universitarios. La educación liberal, incluyendo especialmente las ciencias modernas, llegó a ser posible y extendida.